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POESIA Y RELATOS

Estrella de esperanza

La estrella de la esperanza
Existían millones de estrellas en el cielo. Estrellas de todos los colores: blancas, plateadas, verdes, doradas, rojas y azules. Un día inquietas, ellas se acercaron a Dios y le dijeron: - Señor Dios, nos gustaría vivir en la Tierra, entre los hombres. - Así sera hecho, respondió el Señor. Las conservaré a todas ustedes pequeñitas, como son vistas, para que puedan bajar para la Tierra. Cuéntase que, en aquella noche, hubo una linda lluvia de estrellas. Algunas se acurrucaron en las torres de las iglesias, otras fueron a jugar y a correr junto con las luciérnagas por los campos, otras se mezclaron con los juguetes de los niños, y la Tierra quedó maravillosamente iluminada. Pero con el pasar del tiempo, las estrellas resolvieron abandonar a los hombres y volver al cielo, dejando la tierra oscura y triste. - ¿Porqué volvieron? preguntó Dios, a medida que ellas iban llegando al cielo. - Señor, no nos fue posible permanecer en la Tierra. Allá existe mucha miseria y violencia, mucha maldad, mucha injusticia. Y el Señor les dijo: - ¡Claro! El lugar de ustedes es aquí en el cielo. La Tierra es el lugar de lo transitorio, de aquello que pasa, de aquel que cae, de aquel que yerra, de aquel que muere, nada es perfecto. El cielo es el lugar de la perfección, de lo inmutable, de lo eterno, donde nada perece. Después que llegaron todas las estrellas y verificando su número, Dios habló de nuevo: - Nos está faltando una estrella. ¿Será que se perdió en el camino? Un ángel que estaba cerca replicó: - No Señor, una estrella resolvió quedarse entre los hombres. Ella descubrió que su lugar es exactamente donde existe la imperfección, donde hay límite, donde las cosas no van bien, donde hay lucha y dolor. - ¿Qué estrella es esa? Volvió a preguntar Dios. - Es la Esperanza Señor. La estrella verde. La única estrella de ese color. Y cuando miraron para la Tierra, la estrella no estaba sola. La Tierra estaba nuevamente iluminada porque había una estrella verde en el corazón de cada persona. Porque el único sentimiento que el hombre tiene y Dios no necesita tener es la Esperanza. Dios ya conoce el futuro y la Esperanza es propia de la persona humana, propia de aquel que yerra, de aquel que no es perfecto, de aquel que no sabe cómo sera el futuro. Recibe Amigo en este momento esta estrella en tu corazón, la Esperanza, tu estrella verde. No dejes que ella huya y no permitas que se apague. Ten la certeza que ella iluminará tu camino, sé siempre positivo y agradece a Dios por todo. Sé siempre feliz y contagia con tu corazón iluminado a otras personas.
Un Nudo .
En una junta de padres de familia de cierta escuela,
>la directora resaltaba el apoyo que los padres deben darle a los hijos.
También pedía que se hicieran presentes el máximo de tiempo posible.
Ella entendía que, aunque la mayoría de los padres
y madres de aquella comunidad fueran trabajadores,deberíanencontrar un poco de tiempo para dedicar y entender a los niños.
Sin embargo, la directora se sorprendió cuando uno de los padres se levantó y explicó, en forma humilde, que él no tenia tiempo de hablar con su hijo durante la semana.
Cuando salía para trabajar era muy temprano y su hijo todavía estaba durmiendo.
Cuando regresaba del trabajo era muy tarde y el niño ya no estaba despierto.
Explicó, además, que tenía que trabajar de esa forma para proveer el sustento de la familia.
Dijo también que el no tener tiempo para su hijo lo angustiaba mucho e intentaba redimirse yendo a besarlo todas las noches cuando legaba a su casa y, para que su hijo supiera de su presencia, él
hacía un nudo en la punta de la sabana que lo cubría.
Eso sucedía religiosamente todas las noches cuando iba a besarlo.
Cuando el hijo despertaba y veía el nudo, sabía, a través de él, que su papá había estado allí y lo había besado.
El nudo era el medio de comunicación entre ellos.
La directora se emocionó con aquella singular historia y se sorprendió aún más cuando constató que el hijo de ese padre era uno de los mejores alumnos de la escuela.

Camino hacia ti persiguiendo tus pasos de cristal, mi carne dibuja los contornos del último manzano, madura en mi voz la llamada que brota en los desiertos y atravieso el pórtico de incertidumbres, miedos y dolores... Descalzo del mundo, con el temblor de la hoja en el otoño, llevo tu mensaje a la aridez ajena a tu horizonte, como eco en la roca contra el ingrato abismo del olvido, tus vivos destellos rompen las ciegas sombras de la duda... Nauta de ilusión soy feliz timonel del infinito, sigo el vaho tibio que emana en el calor de tu sonrisa, locura de cruz, viva esperanza alada de gaviota, sobre inquietas olas del valle redimido por las lágrimas...

TIRANDO DEL LADO CONTRARIO
Un hombre fue a confesarse con un sacerdote y le pidió que intercediera a Dios por él, para ver si así dejaba sus pecados y su mala vida. El sacerdote así se lo prometió y así lo hizo; mas como al cabo de algún tiempo no paraba de quejarse de que seguía pecando y no le eran de provecho algunos aquellas oraciones, el sacerdote le dijo: -Ven y ayúdame a levantar aquel costal de trigo que se le ha caído a esa mula. Cogió el hombre por un lado y el sacerdote por otro, y cuanto más tiraba el pecador para arriba, más tiraba el sacerdote para abajo: -¿Cómo lo vamos a levantar de ésta manera? preguntó el hombre. -Pues igual haces tú - respondió el sacerdote: cuando pido a Dios te levante de tus pecados, tú sigues tirando hacia abajo. Nuestra voluntad de querer cambiar es determinante en el proceso de santificación. Tu voluntad se ve robustecida con la oración y los sacramentos. Estas armaduras te protegen mas eficientemente en este medio en que vivimos. Vívelos para poder tener VIDA verdadera!

DATE A VOLAR

Anda, date a volar, hazte una abeja,
En el jardín florecen amapolas,
Y el néctar fino colma las corolas;
Mañana el alma tuya estará vieja.

Anda, suelta a volar, hazte paloma,
Recorre el bosque y picotea granos,
Come migajas en distintas manos
La pulpa muerde de fragante poma.

Anda, date a volar, sé golondrina,
Busca la playa de los soles de oro,
Gusta la primavera y su tesoro,
La primavera es única y divina.

Mueres de sed: no he de oprimirte tanto...
Anda, camina por el mundo, sabe;
Dispuesta sobre el mar está tu nave:
Date a bogar hacia el mejor encanto.

Corre, camina más, es poco aquello...
Aún quedan cosas que tu mano anhela,
Corre, camina, gira, sube y vuela:
Gústalo todo porque todo es bello.

Echa a volar... mi amor no te detiene,
¡Cómo te entiendo, Bien, cómo te entiendo!
Llore mi vida... el corazón se apene...
Date a volar, Amor, yo te comprendo.

Callada el alma... el corazón partido,
Suelto tus alas... ve... pero te espero.
¿Cómo traerás el corazón, viajero?
Tendré piedad de un corazón vencido.

Para que tanta sed bebiendo cures
Hay numerosas sendas para ti...
Pero se hace la noche; no te apures...
Todas te traen a mí...

Hay un árbol precioso crecido en el jardín / de mis obnubilados ojos, / cuyos frutos sin nombre son versos de rocío, de lluvia, / de cristal, de nubes del cielo, / de caprichosos borbotones de fuente fresca. / Y son brillantes como el marfil, / y redondos como una perla. Al recoger esos versos, frutos tan preciados, / con su piel de vestido de estrella, / dudo entre emplear, o un hermoso cristal, / o un fino paño de seda. / Si un paño, tendría que criar mariposas / que revoloteasen felices entre las flores, / y de sus crisálidas tejer yo mismo / miles de metros de fina tela. Y si un cristal... si un cristal..... / ¿Cómo pulirlo tan perfecto / que siendo acariciado con esos frutos / que con tanta ansia y cuidado recojo, / vayan al tiempo cubriéndolo con su esencia de plata, gota a gota, / hasta convertirlo en un mágico espejo brillante / de verde refulgente, / de exuberante luz de misterioso halo deslumbrante?. / Tan serias dudas plantean / esos jugosos, delicados y temblorosos frutos / del árbol que creció con un poema por patrón / y de hermosas palabras por injertos con pericia seleccionados, / que el espejo ubicado entre mis manos, / devolverá, con su reflejo / frutos a los frutos, / versos a los versos, / poemas a su manos.

Vivo sentado en un banco
Entre lamento y lamento
Veo pasar el tiempo
Siento mi sufrimiento.

Una brisa placentera
Ciega mi entendimiento
Es como una voz sincera
Que susurra con el viento.

¿A que vienes?, le pregunto
Asustado y temeroso
No has de temerme, contesta
Solo respondo a tu sollozo.

Entre palabra y palabra
Noto que me voy trasportando
Veo el frio de mi banco
Como en calor se va tornando.

¿Por que lloras?, me pregunta
La libertad te traigo
Mas mi lloro no es tristeza
Es el sentir que me estoy Liberando.

Apagados mis ojos
Poco a poco van quedando
Mi mente se despide
de el mundo que estoy dejando.

Hay si yo pudiera
Entender mis emociones
Pasarian las ideas
Como miles de estaciones.

Cuantas cosas he visto
Cuantas cosas he vivido
Mas ninguna me ha servido
Pues la verdad mas sincera
Es que la vida verdadera
No entra en el mundo de Cristo.

Muchos amigos tuve
A mi amiga le contaba
Muchos lugres vi
Mas ya que estais aqui
Una verdad os digo
Escuchadla como amigo
Porque yo la vivi asi
Clame al cielo y no me oyó
Mas si sus puertas me cierra
De mis pasos en la tierra
Responda el cielo y no yo.

Descansa, decia mi amiga
No ves que el mundo que describes
Ahora ya no es en el que vives.

Por fin lo habia logrado
Ya me había transportado
Era un maravilla
Ver el fin de mi pesadilla.

Mas una advertencia queda
Nadie vive para siempre
En el fondo acabamos
En donde empezamos.

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